Loading...
Please wait, while we are loading the content...
Armas después del desarme. La posesión de armas prohibidas por los moriscos valencianos desde 1563 hasta su expulsión
| Content Provider | Semantic Scholar |
|---|---|
| Author | Sanz, Jorge Antonio Cátala Sánchez, Sergio Urzainqui |
| Copyright Year | 2010 |
| Abstract | Como en su día señalara Rafael Benítez, el recrudecimiento de la represión de la apostasía morisca que caracterizó el reinado de Felipe II luego de la frustrada política de conversión carolina tuvo en el reino de Valencia su primera manifestación importante con el desarme de 1563 (Benítez, 1978). A medida que aumentaban las denuncias sobre el descaro con que se conducían los moriscos –“ni más ni menos que si viviesen en Argel”, en opinión de los inquisidores valencianos Ramírez y Sotomayor–, el Prudente fue cediendo a la idea de poner en marcha una gran campaña de instrucción y reformación, según el plan concebido en 1554 por el virrey Maqueda, el arzobispo Villanueva, el obispo Loazes y el inquisidor Gregorio de Miranda, plan que, a diferencia de proyectos misionales anteriores, preconizaba castigar con dureza a los guardianes de la fe y la cultura islámicas, impedir los contactos con el exterior e incluso aprovechar la visita de los comisarios para recabar información sobre las armas que poseían los moriscos. A la postre, y como es bien sabido, fue el naufragio de veinticinco galeras frente a la bahía granadina de La Herradura, en octubre de 1562, lo que terminó de persuadir al monarca, consciente del peligro que tal infortunio entrañaba para la seguridad del territorio, de la conveniencia de proceder de inmediato al desarme general, tal y como el inquisidor Miranda le recomendaría encarecidamente a finales de ese mismo año (Benítez, 2001, 168-179). En el memorial remitido a Felipe II, que Boronat publicó en Los moriscos españoles y su expulsión, Miranda distingue dos maneras de llevar a cabo la requisa: mediante gente de armas que se incaute de las de los moriscos o con la ayuda de sus propios señores. Ninguna de ellas está libre de dificultades: la primera tropieza con el impedimento del “grande escándalo del reyno y alvoroto desta gente”, que de un modo u otro hallará el modo de esconder las armas; la segunda choca con la resistencia de los señores a cooperar, aduciendo falta de recursos o “poniendo algunos inconvenientes colorados aunque no verdaderos”. Para vencer estos obs- |
| Starting Page | 131 |
| Ending Page | 153 |
| Page Count | 23 |
| File Format | PDF HTM / HTML |
| DOI | 10.7203/saitabi..6291 |
| Alternate Webpage(s) | https://ojs.uv.es/index.php/saitabi/article/download/6291/6048 |
| Language | English |
| Access Restriction | Open |
| Content Type | Text |
| Resource Type | Article |